lunes, 19 de marzo de 2012

INDUSTRIALIZACION Y 1ª MITAD DEL S.XX



La REVOLUCIÓN INDUSTRIAL fue uno de los dos grandes cambios que marcaron el comienzo del mundo contemporáneo.  Con las revoluciones liberales constituyeron los dos pilares sobre los que se construyó la sociedad actual.
                    La revolución industrial fue un proceso radical y complejo, a causa de los múltiples factores que se dieron a finales del siglo XVIII y principios del XIX en Gran Bretaña, primer país industrializado. Este cambio  no sólo tuvo efectos sobre la economía, sino también en la sociedad y en la vida cotidiana de la humanidad,  sus consecuencias a distintos niveles, sociales, económicas, políticas, culturales, e incluso, medioambiental  y educacional han sido y siguen siendo enormes.


Niños trabajando en una fábrica textil de Manchester

        El proceso de industrialización transformó profundamente la sociedad, dividiéndola en   clases sociales, en donde la burguesía alcanzó el predominio social y político debido al control de la riqueza; sin embargo la gran mayoría de la población pertenecían a las clases bajas: obreros y campesinos, con poco o ningún nivel académico y que la sociedad se ve obligada a “enseñar” pero para beneficio propio.




Durante la primera mitad del siglo XIX se estructuraron por vez primera los planes de estudios para la enseñanza primaria y secundaria. La enseñanza de las artes plásticas consistía en el "Dibujo".  Dividido en Dibujo Técnico y Dibujo Artístico





Durante el siglo XIX, se consideraba el aprendizaje del dibujo como algo esencial y  útil en los oficios y artesanías.
 
El dibujo era un conocimiento básico e imprescindible para interpretar los planos de una pieza y se necesitaban las habilidades del dibujo para producirla y acabarla. Saber dibujar aseguraba la economía, eficacia y calidad del trabajo.
 
Entre la década de 1890 y la Primera Guerra Mundial la educación artística experimentó varias transiciones. La primera significó que pasara de ser una asignatura limitada a la enseñanza del dibujo, a ser una asignatura que abarcaba una noción más completa del arte, dentro del cual se incluían la apreciación artística, el diseño y la artesanía.

La educación industrial pasó a ser  educación con un fin de vocación, y a la llegada de la Primera Guerra Mundial se había divorciado de la educación artística, aunque la finalidad original de promover la industria sobrevivió a través de las manualidades y de los ideales del movimiento de las artes y los oficios.


Como movimiento social, el movimiento de las artes y los oficios alcanzó su objetivo de reformar los procesos productivos. Sin embargo, logró cambiar los gustos del público, aunque su papel estaba limitado al cultivo del gusto y la apreciación de la belleza. Perdida su finalidad industrial, los profesores de arte adoptaron la enseñanza y la apreciación del arte y la belleza natural como su razón de ser. Esta falta de finalidad utilitaria tendió a rebajar la importancia de la asignatura, tal como lo demuestra el hecho que fuera relegada al estatus de materia optativa en la educación secundaria. Efland, (2002).
 
En la educación artística de la primera mitad del s.XIX  destacan las obras de grandes pedagogos y la publicación de los primeros manuales o cartillas escolares de dibujo.

   





 Pestalozzi

El pedagogo suizo Johann Pestalozzi (1746-1827) se caracterizó por su crítica a la pedagogía tradicional, inclinándose hacia la educación popular, que integrara a los niños pobres. Además concebía a la educación como mixta, moral y religiosa, partiendo de lo simple a lo complejo. Por ejemplo para enseñar la lecto-escritura, se debía comenzar por las letras, luego avanzar hacia las palabras, y luego construir las frases. Debía educarse en forma libre y en contacto con la naturaleza, partiendo de los datos de la experiencia, en consonancia con el pensamiento de Rousseau, aunque difiere de éste en considerar que el niño debe desarrollarse en contacto con otros, y no aisladamente.
Cada niño debe seguir su propio desarrollo evolutivo natural, en forma libre, orientado por el maestro, que solo debe servir de apoyo, guía y brindar una sistematización a ese aprendizaje, pero dejando que el niño observe y que de él mismo nazca la curiosidad.
El fin de la educación es formar seres humanos íntegros. Esto comprende el aspecto cognitivo, respetando las etapas evolutivas y la individualidad; el aspecto social, moral y físico; entrenarlos para el mundo laboral, por lo cual en el currículum debían incluirse actividades agrícolas. Se aprende haciendo, y por esto es considerado un precursor de la denominada Escuela Activa, de las cuales surgieron variantes como la “Escuela Nueva”.
Publicó el “ABC de la intuición o intuición de los proporcionales” que es considerado como el primer manual de la educación artística en la infancia.

Los métodos de Franz Cizek (1865-1946) 

Observando una serie de dibujos de niños cuando aún Cizek era un estudiante de arte novel desarrolló la idea de crear un nuevo tipo de educación artística basada en el arte infantil.
Cizek era en cierto sentido aún más radical que Rousseau en la insistencia de evitar cualquier influencia adulta. Cizek dejaba el método, el material y el tema a la libre elección del niño. En palabras suyas su método consistía en “levantar la tapa” mientras que la mayoría de los profesores lo que hacían era sujetarla con más fuerza. A pesar de su filosofía de la actividad autónoma y la expresión libre algunos críticos observan una gran contradicción en Cizek debido a los rígidos métodos que aplicaba sobre todo en cuanto a la exigencia de técnica, medición y cálculo en la elaboración de los trabajos.
 En “El dibujo infantil” Luquet explica como la espontaneidad es una característica, y al mismo tiempo la condición para que el niño, al dibujar pueda cultivar el gusto por la creación libre. Luquet se pregunta en qué medida la educación debe intervenir para orientar al niño sin dañar su espontaneidad, y llega a la conclusión de que el educador no debe “Hacer más que observar y dar libertad al niño para que dibuje lo que quiera, sugerirle ideas en caso de que este lo requiera, no imponerle nada y dejarle que dibuje libremente a su modo”. Luquet, (1927). En esta obra hace el estudio de la evolución gráfica de un solo individuo, incorporando el desarrollo del dibujo infantil en la investigación pedagógica de forma definitiva. 

En España encontramos:  La Escuela del Mar

Se funda en 1922 y en 1938 es destruida en un bombardeo durante la guerra civil, aunque en la posguerra recuperó su funcionamiento y cambió su nombre por “Antigua Escuela del Mar”. Su director fue Pedro Vergés y sus principios se pueden resumir en:
Que el niño en sus primeros pasos escolares se desenvuelva espontáneamente y en un plano de iniciativa y así descubra su manera de ser, y con el tiempo sus aptitudes y sus manifestaciones afectivas para encauzarlas específica y particularmente en el futuro. (…) Dos tragedias para la escuela: una la de tratar de hacer de sus alumnos niños sabios; y la otra la de que el niño, que lo es de la calle, en sus juegos, deje de serlo en la escuela”
(Escuela del Mar, 1947, cit. en Ferrant (1997/42)


Bibliografía:
EFLAND, A. (2002): Una historia de la educación del arte. Barcelona, Paidós.
Tesis Doctoral: UNA NUEVA MIRADA A LA EDUCACIÓN ARTÍSTICA DESDE EL PARADIGMA DEL DESARROLLO HUMANO. Pilar Díez del Corral Pérez-Soba

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